Cómic

Murcia

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Parece mentira lo poco explotada que está la imaginería bizarre ibérica en nuestra cultura pop. Tanto sobar en Lovecraft, el paganismo británico o la cultura psychokiller norteamericana y trabajar tan poco lo que tenemos aquí al lado da algo de penita. Por eso, cuando alguien se atreve a explorar lo autóctono y además lo hace con acierto, no queda otra que aplaudir con fuerza. Éste sin duda es el caso de Magius con su Murcia, un tebeo que ya te gana por su estética, pero no se queda solo en la estética.

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Murcia ofrece una visión pulp  del submundo cofrade católico sureño, y lo hace magnificando dos aspectos muy presentes en la realidad cotidiana de ese universo: el ridículo desacomplejado y el terror absoluto. Lo del ridículo es obvio: orgullosos señoritos de familias bien,  disfrazados con conos en la cabeza  y peleados por llevar a cuestas las imágenes de sus “ídolos”. Lo cual nos lleva a lo del terror absoluto: la desasosegante idea de que estas personas manejen nuestros destinos. Porque, no nos engañemos, el núcleo duro del poder patrio viene de ahí; esos ambientes son sus corrillos más exclusivos.

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El tebeo está lleno de escenas poderosas y de gran fuerza simbólica (la huerta murciana como enclave sacrificial, el puticlub como recinto sacro…), pero sin duda, donde realmente lo ha clavado Magius es en tratamiento del concepto de sumisión absoluta. En la idea de que, dentro de esos círculos de poder, el lujo y la lujuria desenfrenada se pagan con obediencia ciega, con la anulación completa de la persona como sujeto pensante autónomo. A lo mejor en el mundo real no asesinan a los desobedientes, ni sodomizan a rectores universitarios en ritos inciáticos; no literalmente, pero la metáfora es precisa. La derecha profunda es eso. Su mitología oscura se nos revela con detalladas y coloristas ilustraciones en este magnífico tebeo.

Cages

Cages

Nada menos que 17 años ha estado Cages, de Dave McKean, acumulando polvo en mi estantería. Creo que se trata del tebeo más caro que he comprado en mi vida: 8500 pesetas del año 98. Estaba yo de aquellas sumido en un proceso de “gafapastización” típico de universitario novato, y ese tochal era algo que había que tener, el Santo Grial de los que entendían de cómic. En cuanto pude lo compré, leí las primeras páginas y ahí se quedó, olvidado tras el orgasmo cultureta-consumista de saberte dueño de semejante artefacto de poder. Según pasaba el tiempo, fui anti-idealizando la obra como el típico producto ultra-pretencioso fruto de una época en la que los tebeos debían demostrar su adultez y su finura cultural a toda costa. Estos días se me ha dado por rescatarla, y he de admitir que la cosa no ha sido tan terrible como mi cabeza la pintaba.

Quizá el mayor lastre de Cages sea su ambicioso catálogo temático: Dios, las creencias, la creación, los artistas, el arte… conceptos muy trillados en la esfera de la “alta cultura”, que hay que manejar con cuidado para no caer en lugares comunes y discursos simplistas/pretenciosos. Es evidente que en este ámbito McKean no da la talla, sin embargo, dónde sale  muy airoso es en el aspecto formal de la obra. Podemos apreciar a un autor capaz de despojarse de su habitual virtuosismo pictórico para generar una narración muy fluida, que entra como la seda independientemente de si interesa lo que se está contando.

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En ese sentido, Cages, además de bastante buena es altamente profética, auténtico molde adelantado a su tiempo de lo que hoy se conoce como “novela gráfica”. Comenzó a editarse en formato comic book a principios de los 90 de la mano de Tundra, editorial fundada por Kevin Eastman donde el ilustre co-creador de las Tortugas Ninja invirtió parte de su fortuna por puro amor al arte. McKean dispuso de absoluta libertad creativa y editorial para desarrollar su obra: sin plazos, sin una longitud prefijada para cada capítulo, sin dar explicaciones a nadie sobre lo que estaba haciendo… y aprovechó ese espacio libre para desarrollar un tipo de narrativa pocas veces vista en occidente hasta el momento, esa que una vez adoptada por el mainstream norteamericano fue bautizada como “decompressed storytelling”. Mucho antes que Craig Thompson, Dash Shaw o Bastien Vivés, McKean ya estaba creando una historia autoconclusiva, libre de corsés de género, extensa en páginas pero de lectura fluida, y con (literalmente) mucho espacio  para la experimentación formal.

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La narración se desarrolla mayoritariamente en una cuadrícula de 9 viñetas, con dibujo a tinta y en bitono. Cuando McKean lo cree conveniente, rompe ese esquema para ofrecernos exuberantes segmentos compuestos mediante las técnicas que le convirtieron una estrella del diseño y la ilustración en los 90: collage, manipulación fotográfica, uso de materiales poco comunes… Lo cierto es que el tiempo no ha tratado demasiado bien a su estilo, víctima de una revolución digital que produjo herramientas para hacer las mismas cosas más rápido y más bonito. Con todo, esos segmentos retienen cierto encanto primitivista, una serie de raras imperfecciones que les proporcionan un inusitado atractivo, como los efectos visuales cinematográficos previos a la era CGI.

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La verdad es que le he perdido completamente la pista a McKean. Sé que siguió trabajando con Neil Gaiman, y  la obra suya más reciente que he consumido ha sido su  (horroroso) debut en el largometraje,  Mirrormask. He de admitir que la lectura de Cages me ha quitado el mal sabor de boca; intentaré ponerme un poco al día con las andanzas de este “artista multidisciplinar” en los últimos diez años, a ver que sale…

Lo Mejor de 2014: Comics

Top2014 Comics

Top 10 

10 10 Fatale Fatale, de Ed Brubaker y Sean Phillips
Sampayo & Muñoz, Trillo & Bernet, Zentner & Pellejero… ¡Brubaker & Phillips!. Estos dos han conseguido hacerse un hueco entre las grandes parejas de autores que han abordado “lo negro” en cómic generando un opus irrepetible. Hagan lo que hagan, compro!
 
9 09 Las Meninas Las Meninas, de Santiago García y Javier Olivares  
Igual de fascinante como apasionado retrato de un genio que como lúcido ensayo sobre arte. Si quieres saber quién es Velázquez y sentir lo que es Velázquez, ningún libro te lo va a transmitir con la misma pasión y eficacia que éste.
 
8 09 Aama Aama, de Frederik Peeters  
Este año tocó el capítulo final de Aama y la consiguiente posibilidad de valorar la obra completa. Veredicto: Maravillosa pieza de sci-fi que rinde tributo a lo que se hacía en los 70 a la vez que añade conceptos muy de nuestro presente. Clásico automático.
 
7 07 Out of my brain Out of my brain, de Miguel Ángel Martín 
Crepuscular capítulo final de la vida de este Brian, que los más veteranos hemos visto crecer a lo largo de las décadas, configurando una suerte de reverso oscuro de Boyhood. Un cierre crudo (no podía ser de otra forma) a la vez que emocionante.
 
6 06 Cowboy Henk Cowboy Henk, de Kamagurka y Herr Seele 
No se me ocurre mejor comentario que el de Umberto Eco en la contraportada del tomo: “Cownboy Henk no siempre es bueno, pero cuando es bueno, es MUY bueno”. La edición de Autsaider, sublime.
 
5 05 La Técnica del Perineo La Técnica del Perineo, de Ruppert & Mulot 
Ruppert & Mulot abordan el tema del “cibersexo”, de un modo audaz, libre de prejuicios, y, sobre todo, utilizando a tope los recursos narrativos del cómic.
 
4 04 TLOEG. Dossier negro L.O.E.G.: Dossier Negro, de Alan Moore y Kevin O’Neill
Moore y O’Neill llevan al límite su juego metalingüístico y ultrarreferencial. Un titánico homenaje a la cultura popular que, precisamente por su peculiar naturaleza, hemos tardado 7 años en ver editado en español. Indispensable para todo aquel que ame la cultura de masas transmitida por papel impreso.
 
3 sobrecubierta_black_paradox.indd Black Paradox y Gyo, de Junji Ito
Como Maruo, como Hino, como Kago, Ito es uno de los muy grandes del manga. Insólitaamente, desde 2007 hasta 2014 no se editó nada de este autor en España. El misterioso veto ha terminado. Como era de esperar, Black Paradox y Gyo remueven lo consciente y lo inconsciente a nivel profundo. Quiero más…
 
2 02 Arsène Schrauwen Arsène Schrauwen, de Olivier Schrauwen 
Schrauwen, como Ware, mira al pasado del medio tebeístico para proyectarse a un futuro inabarcable y lleno de posibilidades. Con esta obra ha ido más lejos que con ninguna otra. Aún no sabemos a dónde puede llegar, dónde está su cima, pero se intuye alta. Muy alta.
 
1 650_RH28160.jpg Fabricar Historias, de Chris Ware 
Permítanme no ser demasiado original con mi número 1, pero este año no había otra opción. Fabricar Historias es un compendio de la grandeza de Chris Ware y uno de los artefactos culturales más importantes de los últimos años  en cualquier medio de expresión. Punto.
 

También me gustaron:
¡Universo!, de Albert Monteys
Battling Boy
, de Paul Pope
El Bus, de Paul Kirchner
El Momento de Aurora West, de Paul Pope, J. Petty y David Rubín
La Blogesfera, de Bastien Vivés
Gantz, de Oku Hiroya Works.
Hechizo Total, de Simon Hanselman 
Manhattan Projects, de Jonathan Hickman y Nick Pitarra
Mitos del Pop, de Miguel Ángel Martín
Mowgli en el Espejo, de Olivier Schrauwen 
Murderabilia, de Álvaro Ortiz
Nemo. Corazón de Hielo, de Alan Moore y Kevin O’Neill
Orgullo y Satisfacción, de varios autores 
The Private Eye, de Brian K. Vaughan y Marcos Martín 
Prophet, de Brandon Graham y varios dibujantes
Tiempo de Canicas, de Beto Hernandez 
Tyler Cross, de Fabien Nury y Bruno

Asignaturas pendientes (no doy abasto y me han quedado en el tintero, muy a mi pesar)  
Aquel Verano, de Mariko y Jillian Tamaki
Caballero Luna, de Warren Ellis y Declan Shalvey
L’Amour, de Joann Sfar
Silver Surfer, de Dan Slott y Mike Allred
Yo, Asesino, de Antonio Altarriba y Keko

Material de importación interesante: 
Ant Colony, de Michael Deforge
Cosplayers, de Dash Shaw
Doctors, de Dash Shaw
Forming vol. 2, de Jesse Moiniham
Jupiter’s Legacy, de Mark Millar y Frank Quitely
Love and Rockets. New Stories, de Jaime y Beto Hernandez 
Multiversity, de Grant Morrison y varios dibujantes
Outcast
, de Robert Kirkman y Paul Azaceta 
Shaolin Cowboy, de Geof Darrow 
Sugar Skull, de Charles Burns
Transformers vs. G.I.Joe, de Tom Scioli y John Barber

Menciones especiales/notas/reflexiones:

¿Resurgimiento del tebeo infantil/juvenil? El éxito y buen hacer en los tebeos de Hora de Aventuras y los del universo Battling Boy (con nuestro David Rubín implicado) da ciertas esperanzas de regeneración en esa franja demográfica casi totalmente abandonada en ciertos mercados. Ojalá el año que viene se multipliquen iniciativas de calidad como éstas en un sector crucial para la futura supervivencia del cómic como medio no-marginal. 

Lo digital eclosiona en España: La pegada de The Private Eye y ¡Universo! junto con esa pequeña revolución que está siendo Orgullo y Satisfacción demuestran que, más allá de debates fetichistas sobre formatos, el cómic digital es un medio de distribución viable, que produce ingresos para los autores y que da salida a materiales que, tal y como están los mundos, tendrían pocas opciones de existir y (sobre todo) ser rentables en papel. Bien por ello.

Frank Quitely, eres la hostia: Las dosis de Jupiter’s Legacy son un festín, pero lo de Pax Americana con Morrison fue droga dura. Ante la idea de poner tanto esmero creativo, de destilar tanta vanguardia en un one-shot editado en grapa por una editorial mainstream de bochornoso presente, solo puedo aplaudirle con fuerza. En Quitely hay una pasión por lo suyo que ya querrían para sí muchos que se mueven en contextos supuestamente más “elevados”.

Transformers vs. G.I.Joe: Tengo un post a medio escribir sobre este tebeo, pero como me da la impresión de que va a quedarse en el cajón, decir que me fascina tanto desde mi posición de fanboy veterano de ambas franquicias como por su condición de ida de olla experimental. Lo nostálgico, así sí.

Anteriormente:
Lo Mejor de 2006: Comics
Lo Mejor de 2007: Comics
Lo Mejor de 2008: Comics
Lo Mejor de 2009: Comics
Lo Mejor de 2010: Comics
Lo Mejor de 2011: Comics
Lo Mejor de 2012: Comics
Lo Mejor de 2013: Comics

Galician Delicatessens

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No es ningún secreto que los autores de cómic gallegos lo están pentando muy fuerte últimamente. La mano de tres de ellos está presente en otras tantas novedades lanzadas en las últimas semanas. Obras bastante significativas para sus autores, pues con ellas se han abierto nuevos caminos en sus respectivas trayectorias.

En primer lugar, David Rubín se estrena en la industria del cómic americano dibujando El Momento de Aurora West, el spin-off del  Battling Boy de Paul Pope.  Pese a su condición de encargo,  trabajando sobre guiones ajenos en un contexto de ficción preexistente, Rubín hace suyo una parte del universo de Pope, llevándolo a su terreno y consiguiendo establecer un contraste/complemento a lo mostrado en Battling Boy.

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Aurora y Battling Boy toman respectivamente los papeles de Batman y Superman dentro de este universo de dioses y monstruos, de maravillas y espanto. Pese a lo oscuro de ciertas situaciones, la arrolladora personalidad de la protagonista imprime a la historia un aura vitalista y aventurera que la hace apta para mayores y pequeños. En EEUU entró directamente en la lista de bestsellers del New York Times, esperemos que tenga igual suerte por aquí, pues se la merece.

A diferencia de Rubín, Emma Ríos acumula ya bastante currículum en los States, trabajando principalmente para Marvel. Allí ha aportado su granito de arena a ese nicho “indie” de títulos relativamente desconectados de la continuidad principal marvelita, mucho más libres e interesantes que las cabeceras superventas de la casa. Con todo, tengo la sensación de que Ríos ha estado un poco desaprovechada en Marvel, como si ese entorno editorial no fuese el idóneo para que ella pudiera soltar todo su poderío visual y narrativo. De todos modos, fue en Marvel dónde conoció a Kelly Sue Deconnik, y con ella se ha ido a Image a dibujar Bella Muerte, una serie de creación propia en la que realmente da el do de pecho.

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Aparte de su potente narrativa visual, quizá lo más interesante de Bella Muerte sea experimentar (¿por primera vez?) un género tan masculino como el western desde una óptica totalmente femenina. El que nos ocupa no es un western al uso, pero es que quienes lo desarrollan tampoco son el prototipo de autor de western. En Bella Muerte se dan cita referentes tan disjuntos como Sergio Leone y Neil Gaiman para componer un universo mágico y a la vez deandente, sucio y a la vez bello, delicado y a la vez brutal. Una auténtica rareza.

Curiosamente, Fran Bueno, el autor con más solera en el mercado americano de esta terna, es el que nos trae una novedad netamente gallega. Al compostelano se le dio por presentarse al Premio Castelao de Banda Deseñada… y se lo ha llevado.  No sé con qué competía, pero la verdad es que Catálogo Oneroso de Beleza Gratuíta es una obra digna de ser premiada, tanto por su buena factura como por su vocación experimental.

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Bueno establece una narrativa basada en viñetas a página completa (o fichas) desde las que va exponiendo su modo de ver la vida. Vale que a lo mejor la cosa le ha salido con un poco sobrada de azúcar en cuanto a mensaje, pero la belleza de las estampas que componen la obra, así como la sinceridad con la que se retrata su autor, ablandan a cualquiera. Esperemos que esta joyita disponga en breve de distribución a nivel nacional (de momento edita la Diputación de A Coruña) porque merece mucho la pena.

Década 0, Cara B: «Heavy Metal: F.A.K.K.2»

Heavy_Metal_2-Caratula Heavy Metal: F.A.K.K.2, Heavy Metal 2000, Heavy Metal 2…  la cantidad de títulos que ha tenido la secuela de Heavy Metal desde que nació como concepto hasta su estreno ya da una idea de lo dilatado que fue su periodo de gestación. La “gran esperanza blanca” del cine de animación adulto occidental nació tarde y mal. Muy mal.

Todo empezó a mediados de los 90. De aquellas, gracias al dinerito acumulado por los derechos de las Tortugas Ninja, Kevin Eastman se convirtió en el jefazo de Heavy Metal, la revista que naciera a finales de los 70 como equivalente americana a la Metal Hurlant francesa. Los años de gloria de dicha cabecera ya habían pasado, aunque entiendo que en los States conservaría un público fiel, pues prácticamente era el único canal de suministro de BD fantástica  y de ciencia ficción que existían por aquel entonces en el país. La cuestión es que, dada la buena acogida de la reedición en VHS de la peli original, al bueno de Eastman se le ocurrió poner en marcha una segunda parte.

La Heavy Metal Original

Para promocionar la película tiró del hype indiscriminado, de anunciar todo lo anunciable e ir mostrando sobre la marcha el material de preproducción que se iba generando: Que si (el entonces muy en alza) Simon Bisley iba a realizar los diseños, que si el personaje principal iba a inspirarse en su mujer y musa de la serie B Julie Strain, que si se estaban haciendo gestiones para poner a grupos de renombre en la banda sonora… Un despliegue de pre-marketing insólito para aquellos tiempos en los que la WWW aún estaba en pañales.

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Pasaban los meses y ni rastro de la película, pero Eastman empezó a editar/monetizar todo ese material gráfico previo: El libro de ilustraciones de Simon Bisley, la sesión de fotos de Julie Strain caracterizada como la protagonista (tope chabacano, lo sé),  calendarios, posters, tazas, estatuas… En 1999, unos meses antes del estreno del film salió un número extra de la revista titulado F.A.K.K. 2 Illustrated Movie Special, la historia de la película en versión cómic (de nuevo, ilustrada por Bisley) que de alguna manera justificaría que el nuevo film también estaría basado en comics aparecidos en la Heavy Metal.

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Personalmente, viví todo el proceso con cierta sospecha. La película original ya no era santo de mi devoción y no esperaba grandes avances en la nueva. Pero como me encantaba Bisley, fui capturado por el hype, por la idea de contemplar su salvaje estilo gráfico en movimiento, aún a sabiendas de que la animación no iba a ser nivel Disney ni mucho menos. Pero con el Illustrated Movie Special se me cayeron todas las esperanzas: En sus páginas finales aparecían por primera vez los fondos pintados y los sheets con los diseños reales de los personajes en la película. Ni rastro de Bisley, y mucho tufo a animación barata estilo X-Men Adventures.

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Finalmente la película salió en el año 2000, directa a DVD, y los peores presagios se cumplieron, con el agravante de que el concepto de “animación adulta” que heredaba de su predecesora ya olía a rancio. Mientras en Japón se venían produciendo desde hace años obras maestras de la animación para ese sector de público y en cómic crecía sin prisa pero sin pausa el número de autores y publicaciones asociados a lo que ahora se ha dado en llamar  “movimiento de la novela gráfica”, como que un relato plano de fantasía/sci-fi con dosis más elevadas de lo normal de sangre y tetas estaba ya muy alejado del concepto de adultez. De alguna manera, esta película representó un fin de ciclo, el agotamiento de una manera de entender la evolución de esos medios. La idiosincrasia Heavy Metal no era muy buena respuesta al cliché “los tebeos/dibujos animados son para niños”.

Vista la cutrez sin paliativos del producto, resulta chocante que su banda sonora estuviese firmada por figuras respetables de la escena metalera de la época, con bandas como Monster Magnet, System of a Down o Queens of the Stone Age, que lo estaban petando mucho en aquel momento. Si la película era un exploit a destiempo de una marca en decadencia, su banda sonora fue un fiel reflejo de una parte de lo que se cocía musicalmente a las puertas del siglo XXI.

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En fin…se suponía que esta sección del blog iba a estar dedicada a joyitas de los 00 que pasaron desapercibidas. Heavy Metal 2 no es una joyita y entró en los 00 por los pelos y de arrastro… Pero bueno, que quede constancia que aquí el menda, en algún momento del largo periodo de hype, creyó en el producto, se ilusionó por lo que podía resultar de aquello. Sirva este post de homenaje a todos los hypes bonitos de vivir aunque acaben mal.

L’Empire de la BD

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Ya de vuelta tras una semana en Bélgica. Nunca antes había estado en un país con semejante arraigo comiquero en su ADN cultural. No iba a ciegas, con 30 años de afición a mis espaldas sabía lo que se cocía por allí, pero presenciarlo en vivo me ha resultado fascinante. El panorama superó mis expectativas.

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Dejando ya aparte el omnipresente merchandise de Tintín (para el que siempre hay hueco en cualquier librería generalista, kiosko o tienda de regalos), se aprecia una sólida infraestructura comercial en torno a la BD. En Bruselas las librerías especializadas abundan. Si estás interesado en el tema no tienes que buscarlas, te sorprenden en cualquier esquina, y en algunas calles  céntricas te puedes encontrar tres o cuatro casi seguidas. Llama la atención también la gran presencia del mercado de segunda mano y saldos: los establecimientos generalistas del ramo dedican a los álbumes de BD una buena proporción de su superficie, y muchas librerías especializadas ostentan un carácter mixto, con tanto (o más) espacio dedicado a la segunda mano como a los volúmenes nuevos.

Un buen indicador de la  madurez del mercado francobelga es la “especialización dentro de la especialización”. Aunque lo normal en las librerías de cómic es tener de todo, algunas de ellas están dedicadas en exclusiva a cierto tipo de material. Las he visto especializadas en cómic americano (con un Capitán América a tamaño natural que impresionaba), en cultura japonesa, en BD explotation… una maravilla

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Una vez que empiezas a inspeccionar el género, recibes el segundo shock: en España solo conocemos la punta del iceberg de la producción tebeística francobelga. Pese a todos los Cimocs, Totems, Metal Hurlants y 1984s a mis espaldas, he sacado la aplicación de notas del móvil para apuntar multitud de series y autores que no conocía. Aún dentro de los autores previamente conocidos, descubrí cantidad de obra suya inédita por estos lares: Jodorowsky, Boucq, Leo, Schuiten… aún queda mucho de ellos por traducir al español.

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Pero dejemos las librerías. En Bruselas la BD está muy presente en la calle. A lo largo de la ciudad se reparten decenas de murales dedicados a los autores y personajes más populares de la escena. Sin haberme planteado hacer la  “Ruta de la BD”, he visto por lo menos 20 de ellos. En esta ciudad, el cómic es un reclamo turístico más. La Histoire de  la Belgique contada por Cowboy Henk y el Brüsel de Schuiten y Peeters se venden por todos lados; a éste último, Herge y Jacobs se le das tanta importancia como a Horta o Magritte. Personalmente, regresé con ganas de releer Las Ciudades Oscuras y empezar con Blake & Mortimer.

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En definitiva, creo que en Bruselas puedo decir que he experimentado lo que un porrero en Amsterdam. He estado en una pequeña parcela del Paraíso dedicada a una de mis grandes aficiones.

RESEÑAS EXPRESS (Cómics): «Multiple Warheads», «Tyler Cross», «Black Paradox», «La Técnica del Perineo», «Orgullo y Satisfacción»

Multiple Warheads (Brandon Graham; ed. Aleta )
Graham se mantiene fiel al estilo que desarrollara en King City con un importante añadido: el color. Su mundo hiper-referencial de imaginación desatada entra así en la categoría de experiencia sensorial. Paradójicamente, tal efecto alucinógeno es obtenido no a través de una paleta chillona y psicodélica, sino mediante suaves tonos pastel. El tebeo vale mucho la pena aunque solo sea para mirarlo.

Multiple Warheads

 

 

Tyler Cross (Fabien Nury y Brüno; ed. Dibbuks)
También el color tiene mucho que decir en Tyler Cross. El trío Nury/Brüno/Croix produce tebeos que de alguna manera pueden conectarse con los de Miguel Ángel Martín: agradable trazo caricaturesco y colores suaves… al servicio de unas historias crudísimas y cargadas de fatalidad. En esta ocasión tiran de referentes como Jim Thompson o Richard Stark para componer un polvoriento relato de género negro: Por caprichos del destino, un criminal implacable y frío como el hielo acaba cayendo en un pueblo controlado por una familia de hijos de puta.  Spoiler: correrá la sangre…

Tyler Cross

 

 

Black Paradox (Junji Ito; ed. ECC)
Lo de Junji Ito en España es de juzgado de guardia. Con la de exquisito material que este hombre ha producido y por aquí se han editado hasta ahora apenas un par de sus obras. Afortunadamente, en ECC han decidido apostar por él, empezando por el volumen autoconclusivo Black Paradox. Gran idea, porque de esta forma, los desconocedores de Ito podrán experimentar de una sentada su retorcida forma de componer historias: partir de una idea delirante y perturbadora para evolucionar hasta la demencia total. Un sistema narrativo cuya clara finalidad es sacar al lector de su realidad cotidiana para introducirlo en una dimensión de puro terror existencial. No tengan miedo, pueden “regresar a casa” una vez finalizada la lectura, pero cuenten con que un poco del venenoso subtexto quedará alojado en su subconsciente.

 Black Paradox

 

 

La Técnica del Perineo (Ruppert & Mulot;ed. Diábolo)
La Gran Odalisca me dejó con muchas ganas de más Ruppert & Mulot, de saber cómo funcionan como pareja artística autónoma sin los aportes de Bastien Vivès, y La Técnica del Perineo ha resultado muy reveladora al respecto. De entrada puedo afirmar con bastante seguridad que la portada de La Gran Odalisca ha sido mas idea suya que de Vivès. La capacidad de estos dos para desarrollar metáforas visuales es impresionante, y un tebeo sobre las relaciones sexuales en la era de Internet es Jauja para ellos. Buena parte de sus escenas ilustran sesiones de chateo sexual, pero en las viñetas correspondientes hay de todo menos pantallas de ordenador. Consideraciones metafórico-visuales aparte, el tebeo trata el tema con mucho acierto y mucho sentido del humor. Ruppert & Mulot, me ganasteis a vuestra causa.

La Técnica del Perineo

 

 

Orgullo y Satisfacción (VV.AA.; ed. ¡Caramba!)
Lo admito: hace años que ni compro ni leo El Jueves. En algún momento de la primera década de los dosmiles me di cuenta de que el tipo de humor que hacían ya no era mi tipo de humor, salvo unas cuantas excepciones que podía recuperar vía recopilatorios. Obviamente, eso no fue impedimento para que me agenciara Orgullo y Satisfacción el pasado miércoles, y la sorpresa fue mayúscula. Me esperaba un Jueves apócrifo, pero me he encontrado con ciertos autores mostrando su cara más personal y underground. A destacar las aportaciones de Bustos, Fontdevila, Bartual y Alcázar.  Los 30.000 ejemplares vendidos me hacen pensar que todo lector de este blog ya posee su ejemplar; si no es así ¡¿A qué esperas?!

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Postermania (XVI): Diabolik

El adjetivo “coolérrimo” se queda corto para hablar de la pareja formada por Diabolik y Eva Kant. Era menester que la película que protagonizaron en 1968 viniese acompañada de unos posters a la altura de las circunstancias. Les dejo aquí los que he ido recopilando hasta ahora:

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Parecidos Razonables: Die Antwoord vs. Lobo

Los Die Antwoord homenajean la mítica portada del Lobo’s Back #1 en su nuevo vídeo, y a los que lo flipamos con la edad dorada del personaje nos cae la lagrimita:

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El clip ilustra Pitbull Terrier, una versión ultrachonificada del tema de idéntico título obra de la banda de Kusturica para su peli Gato Negro, Gato Blanco. Aunque ya estará mas visto que el tebeo tras un solo dia online, se lo dejo aquí igualmente:

Very Casual

Very Casual

La primera imagen neocárnica con la que recuerdo haberme impresionado la encontré hace casi 20 años en un viejo Víbora de mi tío. Era obra de Charles Burns; se trataba de un colchón en llamas, un colchón de carne (viva) forrado de piel (viva). Una imagen tan insólita como poderosa que, casi por si sola, definía la idiosincrasia de Burns.

De la misma forma, el “ciervo manchado” que aparece en la portada de Very Casual nos da una idea muy clara de la aproximación personal de Michael DeForge al mundo de la nueva carne. En el interior del volumen se explica con detalle lo qué es esa cosa: un bicho sin esqueleto y carne de babosa,  hermafrodita, ciego, que capta la realidad a través e las vibraciones del ambiente y cuyos “cuernos” son realmente una especie de gusanos con los que vive en simbiosis. Aparte de eso, el bizarro animal posee un grado de inteligencia similar a la humana y ambas especies mantiene relaciones sociales y laborales (pueden leer la historia aquí). ¿Da un poco de regomello, no?

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El universo de Michael DeForge es una gigantesca Interzona burroughsiana representada según la estética de Hora de Aventuras. Un mundo dónde hueso, músculo y piel conviven con carne negra invertebrada, lleno de individuos poseedores de extrañas habilidades y vicios todavía más raros.  Un mundo que se rige por unas reglas supuestamente ajenas a nuestra experiencia real, que sin embargo, a cierto nivel, llegan a resultar incómodamente familiares.

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DeForge se ha movido durante años en el mundillo de los webcomics y minicomics. Resultaba difícil (y caro) conseguir material impreso de este artista. Últimamente ese problema se ha subsanado con la aparición de material suyo en el circuito comercial mainstream. Very Casual en concreto es un recopilación  de una parte de esa ingente bibiliografía de obritas dispersas que ha ido dejando por ahí,  y la que mejor idea da de los parámetros en los que se mueve el autor canadiense. Un digno heredero de sus compatriotas neocárnicos David Cronenberg y Dave Cooper, con personalidad y frescura suficientes como para pensar que al “movimiento” le queda todavía una larga vida.