La Red Social

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La comentadísima nueva obra de David Fincher me ha parecido excelente. Del relato de la génesis de Facebook en clave de tragedia griega (con sus puntazos humorísticos) se pueden extraer una serie de conceptos claves para entender el presente. Así lo vi yo:

Necesidad de sobresalir: Muchos (incluido el propio Zuckerberg) han criticado la película porque da a entender que Facebook fue creado para impresionar/reconquistar a una chica que ni siquiera existe en la realidad. Mal interpretado. El recurso narrativo del fracaso sentimental que  inicia la reacción en cadena creativa más bien pone de manifiesto un comportamiento generalizado en esta sociedad obsesionada con el éxito: Queremos compensar nuestra mediocridad “multidisciplinar” y nuestras carencias emocionales/afectivas intentando destacar en lo que somos buenos. Aún así, esos intentos casi siempre acaban también en fracaso, como les ocurre a varios personajes de la peli. Pero a Zuckerberg no le pasó. Él triunfó, erigiéndose como un mito del presente. De todas formas, el caso que nos ocupa demuestra que el  triunfo en el mundo real también tiene su lado amargo.

The Social Network 

Envidia y paranoia: Los personajes de “La Red Social” interpretan sus calamidades como conspiraciones. Creen ser envidiados y que sus “amigos”, reconcomidos por dentro, urden planes para acabar con ellos. Un mal muy común en estos tiempos: creer que te tienen envidia. Rescatando el viejo (y sabio) refrán “Siempre cree el ladrón que todos son de su condición”, la inferencia es obvia: los que se creen envidiados son los envidiosos. Se ha escrito mucho sobre como esta película pone a parir a Mark Zuckerberg, y yo no lo veo así. Se le retrata como una persona obsesionada con destacar, pero nunca como un envidioso. Solo quiere ser “guay”, aunque eso provoque daños colaterales inesperados entre sus amigos, pero para nada hace lo que hace “por joder”, como piensan ellos. Si yo fuera Zuckerberg, hubiera quedado muy satisfecho con el retrato.

The Social Network

Demiurgos de garrafón: Para bien o para mal, Facebook está cambiando el mundo a un nivel tan profundo como es la gestión de las relaciones sociales. Pero ese cambio no viene de un movimiento tipo “Mayo del 68”, ni propiciado por las ideas de algún filósofo erudito, ni tan siquiera de una comisión tecnócrata. Los arquitectos del nuevo mundo, en este caso, son unos “pringadillos” que se manejan muy bien  en la esfera Internet y que intentan replicar su modo de vida a nivel global.  La romántica y cada vez más denostada idea de que una sola persona puede cambiar el mundo si se lo propone cobra inesperada realidad con Zuckerberg y su Facebook. Un asunto que invita a la reflexión. A mi me resulta, como mínimo, fascinante.

The Social Network

Para cerrar el post, y en calidad de ex-ultramegafán de Trent Reznor, no puedo dejar de destacar la adecuadísima banda sonora compuesta por éste y Atticus Ross. Una auténtico monumento sonoro dark-geek en el que los sonidos de 8 bits se mezclan con sintetizadores siniestros. La forma en la que casan los pasajes musicales con las escenas de la película pone los pelos de punta.

Trent Reznor & Atticus Ross — Pieces Form the Whole